La Comunidad de Madrid presentará en los próximos días el proyecto para convertir parte de la sierra de Guadarrama en Parque Nacional. Su protección resulta esencial para la conservación de 255 tipos de vertebrados que habitan en este enclave, sobre todo para el águila imperial ibérica y la cigüeña negra, en peligro de extinción. Sin embargo, diversos grupos ecologistas rechazan la propuesta planteada por el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid.
Motivos para la protección de la zona
Los motivos para proteger la sierra de Guadarrama son los extraordinarios bosques de coníferas y caducifolios, pinares, robledales, sabinares… en los que habitan unos 255 taxones de vertebrados , 74 de los cuales muestran algún nivel de protección ya sea a escala nacional o europea, como el águila imperial ibérica y la cigüeña negra, ambas especies en peligro de extinción. Estos taxones muestran una presencia escasa en la vertiente madrileña; en la segoviana, en cambio, la situación es mejor pues hay al menos tres parejas nidificantes del águila imperial dentro del Parque Nacional y dos más situadas a menos de 2 kilómetros de distancia dentro del PORN. Respecto a la cigüeña negra, se tiene constancia de la existencia de una pareja nidificante dentro del PORN.
Pero no son las únicas especies emblemáticas del enclave. Las colonias de buitre negro de la vertiente madrileña se asientan en las cotas más bajas del futuro Parque Nacional. En Rascafría hay constancia de al menos 91 parejas, 6 más que en el año 2008. En el área segoviana, existen también colonias de buitre negro en los municipios de Real Sitio de San Ildefonso, El Espinar y Navafría.
Y subiendo hasta la montaña más alta de la Sierra de Guadarrama, en Peñalara, halla el tritón alpino su hábitat. Aquí, los 235 ejemplares de esta especie encuentran charcas de alta montaña en las que crecerán las larvas. Pero no es el único anfibio presente en esta zona. Hasta 10 especies de tritones pueden contabilizarse en este enclave, 7 de ellas amenazadas.
La propuesta de la Comunidad de Madrid plantea una superficie fragmentada y con importantes elementos de estrangulamiento que no aseguran la conectividad entre la zona norte y sur del Parque Nacional. En este sentido, es fundamental destacar el estrangulamiento que se produce entre los Montes Carpetanos y la zona sur del territorio, debido al enclavado de la estación de Valdesquí. Estos dos amplios territorios sólo quedan conectados por dos estrechos pasillos de cerca de 1 kilómetro de ancho. De hecho, entre la Zona Especial de Navacerrada y la del Alto de Guarramillas (Bola del Mundo) apenas supera los 500 metros.
Otro punto especialmente conflictivo es el estrechamiento de la zona del puerto de Navafría donde, el Parque Nacional propuesto, forma un cuello de botella que no llega a los 200 metros de ancho, que además es atravesado por la carretera SG-612.
En cuanto a la fragmentación del territorio hay que destacar la M-601. Esta carretera divide prácticamente por la mitad la zona sur del Parque Nacional y al soportar un tráfico muy elevado crea un considerable efecto barrera. Otras infraestructuras que fragmentan los estrechos pasillos que unen el norte con el sur de la propuesta del Parque Nacional son la carretera M-604 del puerto de Navacerrada a Rascafría o el ferrocarril Navacerrada-Cotos. Desde una perspectiva comparativa, la propuesta, incluye el territorio más fragmentado de los Parques Nacionales de montaña actualmente declarados.
Por otra parte, la existencia de enclavados sin justificar, como las estaciones de esquí alpino de Valdesquí y Navacerrada, el complejo de antenas de la Bola del Mundo o, como el enclavado de facto de la Solana de la Garganta, tampoco se ajusta a la Ley de la Red de Parques Nacionales. La Solana de la Garganta se sitúa al oeste de la Pedriza, sobre las praderas de la Charca Verde y sólo le une con el exterior del parque nacional una carretera de 30 metros de ancho, por lo que de hecho se comporta como un enclavado.
En cuanto a la morfología, altamente irregular, de la propuesta del Parque Nacional lo convierte en el más vulnerable a factores externos de toda la Red de Parques Nacionales del Estado, lo que dificultará que, aún duplicando la superficie mínima legal de un parque nacional, permita la evolución natural manteniendo sus características y asegurando el funcionamiento de los procesos ecológicos. Cuanto mayor sea la relación entre el área protegida y su perímetro, más vulnera
bles será ese territorio. En el caso de la propuesta del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama esta relación es la mayor de todos los Parques Nacionales de la Red del Estado.
Por otra parte, la propuesta del Parque Nacional se basa en el Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) de la Sierra de Guadarrama que está recurrido en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Es decir, el futuro Parque Nacional se basa en un documento que podrá ser anulado por la Justicia. En ese caso el Parque Nacional sería arrastrado por esa anulación.
En estas condiciones, el Parque Nacional de las Cumbres de la Sierra de Guadarrama resulta inviable. Y lo más triste de todo este proceso es que la protección de la Sierra de Guadarrama se ha convertido en un arma política utilizada en las últimas elecciones autonómicas.