LA LETRA PEQUEÑA, O COMO ABUSAR DE LA GENTE.

¿Quién no se ha desanimado ante dos hojas cubiertas de letra menuda (¡y menuda letra!) que apenas puedes leer con lupa y que aún así no llegas a entender? Porque lo de “llamo a mi abogado” no va con  la mayoría de nosotros, la gente de a pie. Y es a esta gente de a pie, a esta gente pequeña, a la que se aplasta y de la que se abusa con mil y una triquiñuelas entre las que se encuentra justamente esta: la letra pequeña. Lo último de este invento: las acciones preferentes de Bankia. Te llama a casa la señorita que te atiende con una sonrisa en la oficina de tu barrio y te explica que es una oferta para buenos clientes. Y tú coges tu cartillica de pensionista tan contenta y te vas por las famosas acciones. Pero resulta que te pide ayuda tu sobrina de Useras y ¡oh sorpresa! la sonriente señorita te dice que no puedes sacar tu dinero por no sé qué historia, sí, sí, que ahí bien lo pone, en la letra pequeña.

Aurea, y otras muchas personas, se han visto envueltas en algo parecido. Hace años hacen un contrato de alquiler de un piso del IVIMA, con opción a compra. Pasan los años y pagan religiosamente sus mensualidades. Pero he aquí que los pisos pasan de unas manos a otras, de una empresa a otra. Y se pretende sacudir a estos inquilinos molestos como si fueran pelusas. De lo de opción a compra, en las condiciones que se ofertaban, nada de nada. Que bien claro lo ponía en la letra pequeña. Y empieza aquí el peregrinar doloroso, de organismo en organismo, de despacho en despacho. Luchan por ellos otras personas, abogados con conciencia, gente solidaria, asambleas populares, sabiendo lo difícil que resulta enfrentarse al monstruo sin corazón de la administración. ¿O tiene corazón, tiene conciencia?
Habrá letra pequeña y letra grande, pero no hay injusticia ni atropello pequeño: y tanto es más enorme el atropello cuanto más pequeña es la gente a la que se aplasta.

Para saber más ver aureamerecejusticia.wordpress.com

Imagen:www.ongsamaritano.com
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