¿Quién no se ha desanimado ante dos hojas cubiertas de letra menuda (¡y menuda letra!) que apenas puedes leer con lupa y que aún así no llegas a entender? Porque lo de “llamo a mi abogado” no va con la mayoría de nosotros, la gente de a pie. Y es a esta gente de a pie, a esta gente pequeña, a la que se aplasta y de la que se abusa con mil y una triquiñuelas entre las que se encuentra justamente esta: la letra pequeña. Lo último de este invento: las acciones preferentes de Bankia. Te llama a casa la señorita que te atiende con una sonrisa en la oficina de tu barrio y te explica que es una oferta para buenos clientes. Y tú coges tu cartillica de pensionista tan contenta y te vas por las famosas acciones. Pero resulta que te pide ayuda tu sobrina de Useras y ¡oh sorpresa! la sonriente señorita te dice que no puedes sacar tu dinero por no sé qué historia, sí, sí, que ahí bien lo pone, en la letra pequeña.
Para saber más ver aureamerecejusticia.wordpress.com
Imagen:www.ongsamaritano.com
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