¿No habrá sido esta la pregunta que se han hecho muchos de los políticos, a todos los niveles? Y efectivamente, sacar, han sacado mucho, más de uno. No vale la pena enumerar la lista de “beneficios” que han obtenido, unos y otros, y que se afanan por conservar (y ocultar), sería ocupar demasiado espacio, demasiado tiempo.
Frente a la clase política, han existido siempre movimientos no gubernamentales, que en paralelo con los que sustentan el poder han intentado dar respuesta y solución a los problemas de la gente. Y hoy surgen movimientos sociales que luchan por el pueblo y reniegan de la política, al menos como se ejerce hoy en día. Y sin embargo, pienso que hay que atacar el problema desde la cabeza, desde el poder. Meterse dentro para cambiar las cosas. Como el caballo de Troya del astuto Ulises. Pero temblando, porque es evidente que el poder corrompe. Luego, hay que vacunarse, y con una fuerte dosis de honradez, a repetir con la mayor periodicidad posible, con un buen y riguroso calendario de vacunas.
Hay un enorme potencial de bondad y coraje en los seres humanos, pero es necesario encauzarlo hacia el bien común de la Humanidad. La existencia de movimientos sociales como el 15 M, o de ONGs como por ejemplo Amnistia Internacional es un buen sistema de control. Pero es necesario inventar un nuevo modo de hacer política en el que la pregunta sea ¿Y yo qué puedo aportar para crear un mundo mejor?
Y oigo las declaraciones del gobierno sobre la ayuda al desarrollo: la crisis hará que se limiten y se centrarán en América Latina y Norte de África, para poder mejorar la ayuda. Claro, habrán pensado que para qué ayudar al África Subsahariana ¡se están muriendo de hambre! Y ¿qué saco yo de esto?
Imagen:Metal Gear Solid redone in the amazing style of Daniel “Vendrell” Oduber.
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