Desde hace unos días, Carmelo se encuentra retenido por la Junta Municipal de Fuencarral-El Pardo. No es una persona, es un espantapájaros, pero simboliza una forma de entender el mundo alejado de los parámetros establecidos, un mundo donde no todo se puede comprar y vender y queda espacio para la creatividad, para hacer las cosas simplemente por la satisfacción de hacerlas.
Los vecinos de Fuencarral, Montecarmelo y las Tablas se han unido para pedir la liberación de Carmelo y para celebrar un funeral por los dos huertos que la Junta ha arruinado en dos solares urbanos sin utilizar que se estaban llenando de basura. El Ayuntamiento raramente se preocupa por los desperdicios que se van acumulando allí, pero parece molestarles que los vecinos lo limpien y le den un uso común y diferente.
Dicen que el Concejal-Presidente de la Junta de Distrito lo ha hecho porque los huertos eran iniciativa del 15M y de gente que está dando guerra en el barrio para que vuelvan a abrir el CEP de Fuencarral, un centro de salud necesario para al menos los 70.000 vecinos de la zona.
En el acto de hoy, en el que también ha participado EQUO, se ha elaborado una pancarta pidiendo la liberación de Carmelo y el derecho de los vecinos a tener un huerto urbano. Además, se han elaborado dos lápidas funerarias en honor a los dos huertos desmantelados y en lugar de las hortalizas arruinadas se han plantado flores de papel y cartulinas con mensajes de todos los vecinos a favor del huerto.
Al conocer la movilización de estos barrios, Carmelo ha querido mandar un mensaje desde su confinamiento. Por temor a no volver a ver la luz del sol, nos envía esta canción, para que nunca olvidemos qué es lo que realmente importa.