Piden que no se utilice maquinaria pesada en la reforestación de la Sierra Oeste

Las asociaciones ARBA y Globalízate han pedido a la Comunidad de Madrid que no introduzcan maquinaria pesada para preservar el suelo en las reforestaciones que se avecinan, como la que se pondrá en marcha en primavera en la Sierra Oeste tras el grave incendio de este verano.

Las asociaciones ecologistas señalan que los árboles retoñan solos y las semillas, permitiendo la regeneración natural del monte. «Además, ayudaría aún más las plantaciones manuales realizadas por colectivos con experiencia en colaboración con los ayuntamientos», han indicado.

Las organizaciones ecologistas han destacado además la necesidad de involucrar a la sociedad civil para que tome conciencia de la importancia del monte, «encargándoles trabajos voluntarios para el seguimiento de las restauraciones». «Si se tuvieran en cuenta estas propuestas, se ahorraría mucho dinero del erario público y se ayudaría a una regeneración más rápida y duradera de los espacios naturales incendiados», consideran.

ARBA y Globalízate han efectuado diversas restauraciones forestales con especies autóctonas en diferentes lugares de los municipios de Pelayos de la Presa y San Martín de Valdeiglesias en diferentes momentos desde el 2002 hasta 2011.

Gracias a los más de 250 voluntarios que han participado en diferentes años y a través de la revisión este verano de las zonas en recuperación podemos estimar que de los 3.000 árboles plantados, alrededor de un 50 por ciento han salido adelante. Es decir, unos 1.500 árboles prosperan en estos municipios.

Entre las especies plantadas hay chopos, encinas, sauces, fresnos, pinos, y olmos. El mayor porcentaje de éxito se da en las repoblaciones ribereñas y el menor en el caso de encinas de plantón (probablemente por la sequía), no así en las bellotas plantadas directamente.

Desde que se iniciaron las recuperaciones forestales ya puede observar el resultado en algunas zonas. Normalmente, los dos primeros años, los plantones apenas crecen ya que dedican todo su esfuerzo a que las raíces profundicen para encontrar humedad. Posteriormente, comienzan un crecimiento vegetativo bastante rápido, sobre todo las especies ribereñas como los chopos o sauces. En cambio, pinos y encinas son de crecimiento más lento.