Desde hace muchos años oímos en nuestra ciudad que grupos ecologistas y el partido verde (hoy EQUO), han puesto todo su empeño en la creación de una Vía Verde en Móstoles. Hoy este camino natural está operativo en el 
municipio de Móstoles, aunque ciertamente inacabado, ya que la citada Vía Verde debe llegar hasta Almorox.
Sin embargo, desde EQUO Móstoles queremos hacer entender a ciudadanos y políticos, que la vía verde no es sólo un objetivo para el disfrute del ocio. La vía es el camino, que como decía el poeta se hace camino al andar. Y necesitamos tantas vías como caminos hemos perdido para comunicar nuestra ciudad con las poblaciones vecinas. Y necesitamos que caminantes y ciclistas puedan tener su espacio para una movilidad sostenible, saludable y no contaminante.
Móstoles es sin lugar a duda la peor ciudad para el uso de la bicicleta como medio de transporte de la zona sur. Carriles bicis sin señalizar, bloqueados por obras, invadiendo aceras, y sin opciones de comunicación con otros municipios. Como la vía verde que finaliza en el puente de hierro, en medio de ninguna parte, se encuentra el ciclista cuando quiere salir de la ciudad, hacía Alcorcón, Villaviciosa, Navalcarnero, Arroyomolinos, Moraleja de Enmedio o Fuenlabrada. En todos los casos caminos mal acondicionados, sucios, con cristales, sin indicaciones, no invitan a salir de la ciudad.
El alcalde Daniel Ortiz (@danielortizesp) nos engaña con una Concejalía de Movilidad incompetente, y un Plan de Movilidad Urbana vacio de contenidos, de presupuesto y sin ninguna acción por el transporte en bicicleta.
EQUO Móstoles sostiene que el transporte en bicicleta es una alternativa eficaz para la movilidad urbana, generadora de empleos verdes, y potenciadora de hábitos saludables, pero hoy en Móstoles la bici es sólo para valientes, acostumbrados a sortear peatones, saltar aceras y esquivar los baches del terreno. La vía verde, es en palabras de Luis O. Reyes (responsable de comunicación de EQUO Móstoles), el camino a seguir, y la bicicleta la respuesta ineludible a los problemas de movilidad, que ya con mucho retraso la ciudad pide a gritos.