Este mes de septiembre nos han traído la desagradable noticia de recortes en la frecuencia de los servicios de autobuses urbanos en Torrejón de Ardoz y Alcalá de Henares, así como en los autobuses interurbanos entre nuestras localidades y Madrid, todo ello justo cuando acaba de terminar la Semana Europea de la Movilidad, uno de esos eventos que tan bien vienen a los ayuntamientos para parecer que se hace algo, aunque luego no sea así. Este año Torrejón no se ha adherido a la celebración, pero si Alcalá.
El Consorcio de Transporte de la Comunidad de Madrid quiere reducir en un 10% el número de kilómetros que hace cada una de líneas de autobuses, lo que llevará a que tengamos que esperar más y sintamos la necesidad de utilizar el coche, en caso de poder hacerlo, así como el presumible despido de trabajadores de las empresas concesionarias.
La Semana Europea de la Movilidad, que este año tiene por lema “¡Muévete por un Aire más limpio!”, promueve el uso de medios de transporte más sostenibles como la bicicleta, los desplazamientos a pie y el transporte público con el objetivo de reducir la utilización de los automóviles y mejorar la calidad de vida en nuestras ciudades.
Sin embargo, las palabras del concejal de turno y la realización de actividades enfocadas al uso de la bici o a caminar como mero ocio, no nos sirven para nada. Los hechos demuestran todo lo contrario: subida de precios y reducción de frecuencias del transporte público, kilómetros de acera bici llenos de obstáculos (ojo no llamemos carril-bici a lo que no lo es) o pésima calidad del aire con niveles de contaminación peligrosos para la salud.
Más hirientes son estos recortes al saber del despilfarro producido en la creación de infraestructuras poco rentables y necesarias, algunas tan fallidas como el mal llamado Metro de Torrejón o que si que habrá dinero para el inminente rescate a la autopistas radiales de Madrid, actualmente en concurso de acreedores. Esta situación ha sido provocada por la toma de decisiones en base a criterios electoralistas durante las campañas, cuando no por querer favorecer a las grandes empresas concesionarias amigas, y por la falta de participación de ciudadana en la planificación del transporte público para que realmente se satisfagan las necesidades de la ciudadanía y se utilicen criterios de racionalidad y eficiencia.
A la espera seguimos del aumento de la frecuencia de los trenes CIVIS y de la nueva estación de tren de Soto del Henares en Torrejón, y de la reordenación de líneas de autobuses y la nueva estación de autobuses en Alcalá. Eso si la frecuencia de los coches oficiales seguirá siendo la misma.