Por Rafael Méndez Sastre
Equo Madrid forma parte de la plataforma contra el cierre del Centro de Especialidades Periférico de Fuencarral. La plataforma esta llevando a cabo movilizaciones para reclamar que se mantenga la atención médica especializada en el barrio de Fuencarral.
El día 1 de marzo, la Consejería de Sanidad cerró definitivamente las puertas del Centro de Especialidades de Fuencarral, tal y como había anunciado a las asociaciones vecinales a mediados del mes de enero. La razón esgrimida para ello es el requerimiento del Ayuntamiento de acometer obras de reforma en el edificio; como no hay dinero, dice la Consejería, loa reforma no se puede hacer, así que se cierra el Centro.
El resultado es que las 66 consultas semanales que se pasaban en Fuencarral se trasladan a los centros dependientes del Hospital La Paz: 16 al propio hospital, 40 al CEP Peñagrande, 4 a José Marvá y 6 a Colmenar Viejo. Este cambio afecta a más de setenta mil usuarios.
¿Por qué se opone Equo al cierre del CEP?
Aunque es cierto que las consultas no se cierran sino que simplemente se trasladan, y que por tanto se mantiene la asistencia médica, la desaparición del centro es muy perjudicial para la zona, en varios sentidos:
– La mayoría de las consultas se desplazan a centros mal comunicados con la zona de Fuencarral y aledaños. Está el caso claro de Colmenar, pero también son malas las comunicaciones con el centro de Peñagrande. El tiempo y el esfuerzo necesarios para ir al médico han aumentado enormemente, y es la población de más edad quien más lo sufre.
– El barrio de Valverde pierde una de las pocas dotaciones con las que contaba hasta ahora. Por su parte, los vecinos de Las Tablas y Montecarmelo ven cómo no se resuelven los graves problemas de dotaciones que ya padecen, sino todo lo contrario, ya que se alejan las que les quedaban menos lejos. Todo esto va en contra de la ciudad sostenible que defendemos en Equo: debe reducirse todo lo posible la necesidad de desplazarse largas distancias para acceder a los servicios, para mitigar así el uso del transporte privado.
– Aún manteniéndose las consultas en otros centros, el cierre del CEP de Fuencarral no mejora en absoluto la calidad del servicio prestado por la sanidad pública, sino que la empeora. Y sobre todo, se abre la puerta a futuras reorganizaciones de efectivos en los centros ahora existentes que acaben desembocando en reducción efectiva de servicios a los usuarios y pacientes.
El cierre del Centro es una decisión política
Sin embargo, el argumento más contundente para oponernos al cierre del Centro es que se trata de una decisión principalmente política. Hay numerosas razones para pensar que los desperfectos del edificio no son tan graves como para exigir su desalojo inmediato, y que se podrían haber subsanado a un coste perfectamente asumible para las arcas públicas.
De hecho, las deficiencias del edificio se conocen desde el año 2002. Fue entonces cuando se acometieron obras de reforma de una parte del mismo, lo que obligó al traslado “temporal” de las consultas de medicina primaria (en concreto, a unos barracones).
Ocho años después, en 2010, el edificio pasa una Inspección Técnica de Edificios con resultado desfavorable: hay deficiencias estructurales que deben arreglarse. En ese momento no parece que los usuarios corran ningún riesgo, ya que el centro se mantiene abierto y a pleno rendimiento. Y así siguen las cosas durante casi dos años. Y no es hasta enero de 2012 que la Comunidad decide que la única solución es abandonar el edificio, pese a que no amenaza ruina en absoluto.
¿Por qué no se abordan, o siquiera se programan, las obras de reforma necesarias? La Comunidad dice que no hay dinero, a pesar de que está embarcada en la construcción de dos nuevos hospitales y se ha comprometido a la apertura de nueve centros de salud en esta legislatura. Entonces, ¿por qué no se compromete a abordar la reforma más adelante, cuando la situación lo permita? Al contrario, lo que plantea es un cierre definitivo del centro, sin vuelta atrás.
Equo y las demás organizaciones de la plataforma pensamos que el estado del edificio es un pretexto para cerrar el centro y dejar un vacío en el barrio. Un hueco libre en el que quizá dentro de un tiempo prudencial acabará colocándose un centro privado, que concertará la asistencia sanitaria con la Comunidad. Y entonces tendremos un nuevo centro en el barrio, aunque esta vez de titularidad privada. Un nuevo negocio facilitado por el gobierno de la CAM, a costa de los vecinos de Fuencarral, que de momento se quedan sin asistencia de proximidad.
Movilizaciones contra el cierre
Desde principios del mes de febrero, la plataforma formada por las AAVV de La Unión, Ur, Valverde, La Flor, Montecarmelo, Las Tablas y Begoña, y los partidos IU, PSOE y Equo comienza una serie de movilizaciones para reclamar la permanencia del CEP en Fuencarral, bien acometiendo obras de reforma en el edificio ya existente, bien ocupando otro de titularidad pública y que en estos momentos se encuentra vacío y sin uso.
Se han recogido firmas contra el cierre, se han desarrollado asambleas informativas en los barrios afectados y se ha convocado una manifestación que tuvo lugar el 18 de febrero y que tuvo una asistencia muy nutrida.
Posteriormente, el 1 de marzo se hizo entrega en el Registro de la Consejería de Sanidad de las ocho mil firmas recogidas. Con motivo de este acto, aprovechamos para hacer visible el problema de nuestros mayores que ahora deberán acudir al médico en autobús: treinta mayores del barrio se montaron en el autocar que fletamos para la ocasión, y acudieron a la Consejería a presentar su propio escrito de protesta.
La lucha continúa
Gracias a la repercusión mediática del acto del pasado día 1, hemos conseguido que al menos los jerarcas de la Comunidad abandonen el mutismo absoluto sobre este tema para empezar a dar unas mínimas explicaciones. Nosotros debemos de continuar con la presión, porque creemos que tarde o temprano conseguiremos desenmascarar a la Consejería y demostrar que el cierre del Centro de Fuencarral no es la única solución – ni siquiera la más económica.
El siguiente paso es la asamblea vecinal que tendremos el sábado 10 de marzo, donde expondremos a los vecinos la situación actual y propondremos nuevas acciones.