
Cuando tengo que acompañar a los chicos al colegio, o ir al cine, o al trabajo, tengo que cruzar un pequeño parque, intento evitar y evito pisar el césped. Doy un rodeo y asunto salvado. Incluso apoyo que una pequeña parte de mis impuestos sean dedicados a mantener el parque. La economía capitalista consideraría eso un derroche de tiempo y dinero. “Si alguien quiere un parque que lo pague él”. Item más, en tiempos de crisis se planteará muy seriamente obtener fondos vendiendo parte del parque por parcelas. Yo prefiero cuidar el parque, con mi esfuerzo personal y parte de mis impuestos. Ahora bien, si un día alguien, al otro lado, pide auxilio… yo no dudaré en cruzar corriendo por el césped.. pisotearlo incluso.
Porque primero es una persona que necesita ayuda… y luego.. volver rodeando la hierba.
(nos lo explica José Valentín Ramirez)